Os dejo con Carmina, que nos lleva de viaje a Albarracín:
Y es que siempre igual:"¿Éste fin de año que vais a hacer?". Creo que ésta es una de las preguntas más formulada cuando se acerca el mes de diciembre.
Y claro, la respuesta más escuchada es: "No sé, ya veremos". Pero el problema es que ese “ya veremos” siempre acaba transformándose en un… "Nada, cenaremos por el pueblo y luego saldremos un ratito".
Pues ya estoy harta. Este año no me quedo en casa. Y así fue, eché unos cuantos vistazos y al final me decidí (el precio fue un argumento con bastante peso): nos vamos a “las Bezas, Albarracín”. Y la verdad es que si no estáis haciendo dieta… ¡¡os lo recomiendo!! Digo esto porque en la hostería en la que nosotros estuvimos, se come y bebe de maravilla (demasiado).
Bien, pero empecemos por el principio, el precio. Éste factor nos ayudó a decidirnos y es que con menos de 200€ por pareja nos fuimos de viernes a domingo a media pensión a la hostería “Las Majadillas”. Además el trato es muy familiar puesto que solo cuenta con unas 10 habitaciones y como los propietarios residen allí mismo, la cocina no tiene horarios fijos y siempre están disponibles. La verdad es que la comida fue inmejorable por no hablar de la bodega. Os recomiendo un “habla del silencio”.
Pero tampoco os creáis que todo fue comer y beber, también hicimos un poco de deporte (pero poco).
El viernes por la tarde Javier, el propietario de la hostería, nos llevo de ruta montañera con su 4x4. Solo os diré que aún tiemblo al recordarlo, pero poder contemplar aquellas vistas fue una autentica gozada. Y cuando regresamos unas cervecitas y… ¡a cenar!
A las 10 de la mañana del sábado habíamos quedado con Javier para salir a la siguiente ruta. Esta vez nos mostraría las diferentes pinturas rupestres que había en los alrededores. Y aquí sí que amorticé la pasta que me gaste en el “Decathlon” para ir a Kenia. Los zapatos me vinieron de perlas. La verdad es que nos pasamos toda la mañana caminando, pero todo aquello valió la pena. Y claro, como no, cuando volvimos a “las Majadillas” nos tomamos un vinito y… ¡a comer!
Y para bajar todo aquello, al mediodía, esta vez por nuestra cuenta, organizamos una escapadita a Albarracín. Y es que estos pueblecitos tienen mucho encanto. Para terminar la tarde nos pasamos por Teruel a merendar. ¡¡No fuera cosa que nos diera un bajón de azúcar después de tantas horas sin comer!!! Jajajaja.
Y bueno el domingo después de un “súper-desayuno”, y sin demasiadas ganas, nos volvimos a casa. En definitiva, si estáis buscando una escapadita relajada, bien de precio y agradable, no lo dudéis acudid a “Las Majadillas” en las Bezas (Sierra de Albarracín).
____________
carmitelleva