Roma es la ciudad eterna, y a veces se puede hacer interminable a causa de las colas y de la cantidad de turistas que la visitan, sea la época del año que sea. Aquí van algunos consejos para disfrutar de todo lo imprescindible.
El foro es un recinto con las ruinas del antiguo foro romano, no se paga para entrar pero no hay nada señalizado ni explicado, lo que es una pena. Se puede dar un paseo por él, y ver algunos de los edificios que se conservan en buen estado.
La entrada del Palatino sirve también para el Coliseo (pero al revés creo que no). Por eso, y por evitarse las colas, vale la pena comprar la entrada en el Palatino. Hay varias taquillas, pero hay menos gente en la que está fuera del foro, en la Vía de San Gregorio detrás del Arco de Constantino. Una vez comprada la entrada, se puede ir directamente al Coliseo y saltarse la cola con la entrada en la mano, que vale 11 euros por persona.
Después de comer se puede dar un paseo por el Palatino, que es una especie de jardín en la colina donde están las ruinas del palacio de Augusto y de Flavia.
Para comer cerca de aquí está Luzzi, en la Vía San Giovanni Laterano, 88 (justo en la parte opuesta por donde se entra al Coliseo) . Bueno y económico, pero hay que ir pronto porque se llena, se suele compartir mesa.
Cerca del restaurante, en esa misma calle está la iglesia de San Clemente, una de las más famosas de Roma porque tiene mosaicos en lugar de pinturas. A la cripta se puede bajar, nosotros no bajamos porque había cola (además se pagaba, no siempre vale la pena pagar por todo).
Al final de esa calle está San Giovanni in Laterano, la catedral de Roma, inmensa y muy bonita. Pagamos para entrar al claustro, pero no merecía la pena. A la salida buscad la Piazza San Giovanni in Lateranoo, donde está la Scala Santa (Escalera Santa). Se dice que proviene del palacio de Poncio Pilatos y sólo se puede subir de rodillas. Es muy curiosa.
Hay colas para todo, pero sobre todo para entrar a los Museos Vaticanos, donde está la Capilla Sixtina. Abren a las 10, tanto la basílica como los museos, pero hay gente desde las 8 de la mañana. Nosotros llegamos a las 10 y fuimos directamente a la cola de la basílica porque había menos gente. Antes de las 10’30 ya estábamos dentro. No se paga para entrar, pero se tiene que pasar el control de seguridad. Una vez se ve la basílica se puede bajar a la cripta (otra cola, nosotros no bajamos) o se puede subir a la cúpula. Esta cola sí que la hicimos. La subida es en ascensor un tramo y el resto a pie por unas escaleras bastante complicadas. Se ve la basílica desde arriba por dentro y por fuera se ve la plaza de San Pedro y toda Roma. El precio es de 7 euros por persona.
A mediodía ya no debe quedar cola en los Museos, y sería el mejor momento para entrar. Por eso vale la pena comer pronto ese día. Por la zona de Piazza del Rissorgimento hay muchos bares y restaurantes. Nosotros fuimos a Insalata Rica, que es una cadena de restaurantes que hay en Roma, no es caro y está bien.
La entrada a los Museos Vaticanos cuesta 13 euros. Lo más interesante además de la Capilla Sixtina, claro, son las estancias de Rafael. La visita sigue un orden, luego no se puede volver atrás. Lo negativo es la aglomeración de gente en la Capilla, aunque parezca que no hay nadie en todo el museo, allí dentro parece que se acabe el mundo. Esto sí que vale mucho la pena.
Además de las que están en la zona del San Giovanni in Laterano, es obligatoria Santa Maria la Maggiore, una de las iglesias más famosas de Roma, y con motivo. Y como curiosidad la iglesia de San Inazio de Loyola (cerca del Panteón) con su cúpula pintada que parece de obra. En la zona de Trestevere hay muchas más, pero esa zona no nos dio tiempo a visitarla.
El resto de cosas interesantes de Roma se puede ver en un paseo (o varios). La Plaza de España y la Fontana de Trevi, junto con la calle del Corso y via Condotti, con todas las tiendas de diseño están por un lado. Alrededor de Piazza Navona está el Panteón, el Campo di Fiori, el Palacio Farnese, etc
Las calles de los alrededores de Piazza Navona están llenas de restaurantes, especialmente vale la pena hacer la cola (porque seguro que habrá) en la Pizzeria da Baffeto, buena, bonita y barata, y por eso mismo siempre llena. De hecho, tendréis que compartir mesa con otros turistas o con romanos. Está en la calle Governo Vecchio, hace esquina y se ve enseguida, tiene dos plantas.