miércoles, 6 de octubre de 2010

El Louvre en 10 obras

Ir a París y no visitar el Louvre es casi un pecado. Pero también es verdad que es un museo enorme, que puede llegar a agotar, sobre todo a aquellos para los que el arte es más una "obligación" que un placer. Por eso he seleccionado 10 obras que comprenden prácticamente todas las etapas y todas las artes.
Si es una primera visita al Louvre, lo mejor es hacerse con un plano nada más llegar y marchar en busca de estas 10 joyitas, hay muchísimas más, pero vale la pena dedicar el tiempo y disfrutar de unas pocas que acabar cansado y saturado, ¿no?

Esta es mi selección con una alguna curiosidad de cada obra:

1. El escriba sentado. Arte egipcio. (2620-2500 a.C.) Todo indica que este alto funcionario, cuyo nombre se ignora, escucha lo que su superior va a dictarle. En su mano izquierda sostiene el papiro.



2. La Venus de Milo. Arte griego. (100 a.C). Fue descubierta en dos pedazos en Melos, una de las islas de las Cíclades. Es el símbolo del arte y la belleza clásica.



3. La Victoria de Samotracia. Arte griego (hacia el 190 a.C.). Conmemoraba sin duda una victoria naval, aunque su tamaño es colosal en relación con la proa del barco, era ahí donde se situaba sobre un pedestal de mármol. Las telas mojadas se pegan al cuerpo y los ropajes de su vestido se levantan al vuelo.



4. La Coronación de Napoleón de Jacques-Louis David. Pintura francesa. 1806-1807. “No es pintura: ¡uno puede caminar dentro de su cuadro!”, dicen que exclamó Napoleón cuando vio este inmenso lienzo que exigió más de dos años de trabajo. Existe una copia casi igual realizada por el propio David en el Palacio de Versalles.



5. La libertad guía al pueblo de Delacroix. 1830. Delacroix decide pintar esta obra para conmemorar la Revolución de 1830. Con la figura de la libertad en la marcha (más grande que el resto de personajes) le añade un soplo místico que representa una alegoría de la Victoria. Se le acusó de haber hecho apología de la “chusma”.




6. La Gioconda de Leonardo da Vinci. 1503-1506. ¿Por qué es tan famoso este cuadro? Porque el retrato se construye sobre el contraste entre luces y sombras, por que no hay en él marcas de las pinceladas, por el esfumato del fondo (se difuminan los colores y el fondo se aleja), por su enigmática sonrisa, por su mirada ausente, porque fue misteriosamente robado en 1911 y luego recuperado, porque en 1956 fue víctima de una agresión por un perturbado…



7. El beso de Canova. 1793. Es un escultor Neoclásico que toma como modelo las esculturas grecorromanas que conoce a través de sus viajes. Representa a Psique, una princesa tan bella que la propia Afrodita le tenía envidia y la mandó eliminar. Pero Eros, enamorado de ella, la salva y se convierte en su amante con este beso.



8. La Coronación de la Virgen de Fra Angélico. Pintura italiana. 1455-1456. Es un retablo pintado para decorar un convento en Florencia. Los colores y el tema son medievales pero la composición pertenece ya al Renacimiento. Bajo se representan escenas de la vida de Santo Domingo.



9. La Encajera de Vermeer. Pintura del Norte. 1670-1671. Apenas mide entre 23,9 por 20.5 cm. A Vermeer le gustaba retratar a personas ordinarias en tareas del día. Entrar a la intimidad de su cotidianeidad. Pareciera que uno está ahí, enfrente de la encajera, en el mismo cuarto. Ella no se da cuenta de nuestra presencia, está totalmente concentrada en coser. Podemos ver los hilos blancos que tiene entre las manos, pero no los podemos tocar. Renoir y Van Gogh lo consideraban uno de los cuadros más bellos jamás pintado.



10. El rapto de las sabinas de Nicolas Poussin. Pintura francesa. 1650. Narra el rapto de las Sabinas (mujeres de la tribu de los Sabino) por parte de los soldados romanos. El rey hace la señal y se inicia la brutal violencia, el movimiento y la agitación. La composición permite leer el cuadro como un libro.

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