El Guggenheim cambió Bilbao. Fue el principio de la transformación de una ciudad básicamente industrial (y bastante fea) en una ciudad turística (y con encanto). Impresiona ver el Museo reflejándose en la ría, pese a la cantidad de fotos que hemos visto ya de él, pero es que es verdad que cambia de color a medida que el cielo (y el tiempo) va cambiando. Es algo habitual en Bilbao levantarse con lluvia, ver salir el sol, volver a cerrarse el cielo con el perpetuo sirimiri y de nuevo el sol. Todo en una mañana. El edificio de Frank Gehry es un museo-edificio. Bonito por fuera, hueco por dentro. Bueno, por dentro también es bonito. Son las exposiciones permanentes y temporales las que suelen fallar. Si tenéis suerte cuando estáis allí de que hacen alguna interesante, qué bien. No fue mi caso. Pero sólo por admirar la estructura del interior vale la pena pagar la entrada, al menos por una vez. E imprescindible hacerse la foto con Puppy, su mascota, que está en la entrada y cambia su ropaje de flores con cada estación; y con la araña en la parte trasera del museo.
Muy cerca de aquí está el Museo de Bellas Artes de Bilbao, mucho más interesante por las exposiciones que programa. Y más barato (que yo recuerde los miércoles es gratis). Además está en una zona muy animada, justo al lado del parque de Doña Casilda, donde hay que acercarse a dar un paseo (ya contaré lo de los paseos otro día). No os lo perdáis si vais a Bilbao, queda eclipsado muchas veces por el Gigante, pero merece la pena. Este museo es también un centro cultural y tiene una pequeña sala que funciona de Filmoteca, donde proyectan películas y donde hacen el festival de documental y cortometraje llamado Zinebi.
Ana no descansa y sigue mostrándonos los lugares que tenemos tan cerca y que desconocemos; ahora el toca el turno al Maestrazgo turolense, tomad nota:
Parece mentira tan cerquita que lo tenemos y tan desconocido que es para nosotros a tan solo 3 horas se encuentra el maestrazgo turolense.
Primer consejo: Para ir NO hacer caso de la guía campsa. El mejor recorrido es ir hasta Ares del Maestre, de ahí a Vilafranca y el siguiente pueblo ya es la Iglesuela del Cid. No hagáis como nosotros que por seguir la guía nos desviamos hasta Cinctorres (aunque el pueblo no está mal) de ahí al portal de Morella y llegamos a Iglesuela( es decir más vueltas que un tonto).
Segundo consejo: Imposible verlo todo en un fin de semana. Mejor un puente o una semanita. Y eso que en Teruel no hay nada!!
Tercer consejo.: De camino podéis almorzar en el Rest. La Perdigana a 4 km. De Albocasser y enfrente de la ermita de San Pablo. O a la vuelta parar a comer de menú (excelente bar de carretera reconvertido en restaurante que conserva sus fogones de leña para comer carne y embutido típico de la zona)
La ruta que nosotros hicimos fue Iglesuela del Cid y Mirambel sábado y Cantavieja el domingo. Aunque hay varias rutas alternativas que nos propuso la chica de la tourist info de Iglesuela ( es la única tourist que vimos abierta asi que si podéis recabar la información toda de aquí)
1.- Ruta 1.: Castellote, Molinos, Cuevas de Cañart y Bordón.
2.- Ruta 2.: Pitarque( nacimiento del Rio) Villarluengo, Cañada de Benatanduz y Tronchón.
3.- Ruta 3.: Iglesuela del Cid, Cantavieja, Mirambel y la Cuba
4.- Ruta 4.: Fortanete, Villarueya de los Pinares, Miravete de la Sierra( según la chica de la tourist altamente recomendable) y Allepuz.
IGLESUELA DEL CID.: Es una antigua villa amurallada en el Alto Maestrazgo en la que el Cid se detuvo en su largo viaje hacia Valencia un acontecimiento histórico que marcó a la villa y le dio nombre. Ir a la tourist info y concertar la visita que vale la pena. Previamente reservar la comida en Casa Amada ( Tfno 964443373) espectacular su menú. Nosotros tuvimos la visita personalizada ya que nadie más se apunto. La entrada vale 3 euros y tienes incluida la entrada a la iglesia, al calabozo y a la Casa Aliaga. Esta localidad Conjunto Histórico Artístico nos sorprenderá por sus imponentes palacios.
De entre los muchos edificios notables destaca el Ayuntamiento que ocupa lo que fue convento y castillo de los templarios junto a la Iglesia de la Purificación, y característico por la famosa torre de los Nubios. Paseando llegamos a la C/Ondevilla donde se pueden apreciar casa solariegas donde destaca la “Casa de las Notarías” con sus imponentes rejas. Os sorprenderá también la arquitectura de piedra seca declarada Bien de Interés Cultural que es un paisaje permanente en estas serranías. Son construcciones sencillas construidas sin argamasa y cubiertas con bóveda o falsa cúpula que se encuentran vinculadas a formas de vida basadas en la agricultura y la ganadería.
MIRAMBEL.: “UNA JOYA ENTRE MURALLAS”. Su perímetro amurallado es el mejor conservado de la provincia, se mantiene perfectamente y es necesario acceder a su interior por uno de sus cinco portales. Dentro encontraremos un recoleto pueblo donde parece que el tiempo se haya detenido, al que se concedió el premio “Europa Nostra” en 1982 gracias al trabajo de restauración realizado en su casco urbano. Casas nobles y palacetes de impecable factura acompañados de joyas como el consistorio y la Iglesia de Santa Margarita perviven al cobijo de las murallas. Es un escenario de cine donde se han rodado fragmentos de “Tierra y Libertad” “ En brazos de la mujer madura” y la serie “Clase media” . Nosotros nos hospedamos en el Hostal Guimera una pensión familiar muy acogedora precio 32 euros la noche. Las habitaciones con vistas a la Iglesia son muy acogedoras tfno 964178269.
CANTAVIEJA.: Posee uno de los conjuntos monumentales más completos del gótico aragonés. El Ayuntamiento situado en la plaza porticada con balcones de hierro forjado y el blasón municipal en la portada; la Iglesia de la Asunción con una llamativa torre de dos cuerpos con remate piramidal y la Iglesia de San Miguel constituyen un somero ejemplo de la arquitectura que atesora el municipio. Es imprescindible visitar el Museo de las Guerras Carlistas de Cantavieja donde se explican los principales hitos de este conflicto en la comarca. Nos ha quedado un muy buen sabor de boca pero corto SE MERECE VOLVER CON DETENIMIENTO!!!.
Si echabáis de menos el África más turística, no os preocupéis porque Carmi ha vuelto, y esta vez nos lleva a Zanzíbar:
Este escrito va dirigido a aquellas personas que quieren realizar un viaje a un lugar virgen y paradisiaco y, bajo mi punto de vista, se equivocan eligiendo destinos como Puntacana o México. A ver, lo que tampoco quiero es desmerecer estos lugares, pero para mi son destinos para viajes de fin de carrera. Digo esto porque considero que a este tipo de sitios hay que ir con amigos y en grandes grupos para realmente disfrutar de ellos y no con tu pareja de Luna de Miel (aunque para gustos colores).
Y para convenceros de ello, o al menos haceros pensar acerca del tema, a continuación os contaré mis experiencias en territorio tanzano. Pepe (mi marido) y yo llegamos a Zanzíbar después de 8 días de intensos safaris por Kenia. Estábamos destrozados y muy cansados. Allí en el aeropuerto nos esperaba nuestro guía con un súper 4x4. Él sería el encargado de llevarnos hasta nuestro complejo hotelero, “La Gemma dell’Est”, situado al norte de la Isla. El viaje en el coche fue largo (casi 2 horas) pero os aseguro que valió la pena.
Nos dirigimos a la recepción del hotel para que nos explicaran un poco como funcionaba el tema allí; entrega de la llave, horarios de comida, instalaciones, régimen de todo incluido… Y después de la charla nos dirigimos a la habitación.
Era una pasada. Estaba cuidada al mínimo detalle, toda decorada con flores naturales y con unas cervecitas (1/2 litro) de bienvenida.
Por no mencionar la terraza individual y sus vistas a las aguas cristalinas.
Estábamos muy emocionados, solo hacíamos que dar grititos, aquello era precioso. Cuando ya nos pasó la euforia del momento nos arreglamos un poco y bajamos a cenar. Se nos caía la baba cada vez que admirábamos una nueva instalación. Era todo artesanal con techos puntiagudos hechos con hojas de palmera. Y después de la cena nos fuimos a dormir… con sorpresa.
Al estar en “honney mooney” cada noche nos preparaban una sorpresa en la habitación. Ésta había sido unos corazones hechos con flores encima de la cama y una cesta de frutas exóticas y pasteles de chocolate.
La mañana siguiente después de haber desayunado, teníamos una cita en recepción con un representante de la agencia. Allí coincidimos con dos parejas españolas. Desde ese momento ya no nos separemos. El agente nos explicó las diferentes excursiones que se podían realizar (nadar con delfines, centro de la cuidad, mercado…) y su carísimo precio. Y como solo íbamos a pasar 3 días más en la isla, todos decidimos que no haríamos ninguna excursión, que queríamos disfrutar de lo que nos ofrecía el hotel. Y así fue, nos pusimos el bañador y quedamos en vernos en la piscina en 10 minutos.
La verdad es que del resto de la mañana y parte de la tarde mis recuerdos son un poco borrosos. Creo que fue debido a que no nos movimos de la barra de la piscina en todo el día. Es lo que tiene el “all included”.
Por otra parte no puedo dejar de mencionar la hospitalidad y dedicación del personal del hotel. Y es que aunque nadie hablaba español hacían lo posible por entender nuestro “valencian-english” con expresiones tales como; Olivers (aceitunas), Pinchers gambers (pinchitos de gambas) y otras muchas más con las que me sonrojo solo con recordarlas.
Tampoco puedo terminar mi crónica viajera sin hacer mención de la limpieza y orden en estos complejos. Por las mañanas, las empleadas recogen todas las flores naturales para más tarde adornar las habitaciones con ellas. Incluso rehacían los caminos de piedras devolviendo al sendero las que se habían salido de éste.
Ahora eso sí, todo lo hacen con una calma increíble, o como ellos dicen “POLE, POLE” (poco a poco) Por todo esto Zanzíbar, es el paraíso que buscabas. Playas vírgenes, hoteles impecables, tranquilidad… En dos palabras; ¡¡IM-PRESIONANTE!!
Esta vez Sara nos recomienda su escapada a Cantabria, tomad buena nota:
La verdad es que no conocía mucho de la zona, tan sólo, los comentarios de gente que ya había estado allí. Lo que nos hizo decidirnos, era la opinión generalizada de todo el mundo, Cantabria tiene mucho encanto. Así es que voy a tratar de describiros un poco nuestro viaje.
1er día. LLEGADA A SANTANDER. Lo primero que hicimos fue ir al hotel a dejar las maletas. Os tengo que confesar, que conforme iba llegando al hotel se me iba apoderando el miedo . Ya que eso de reservar hoteles por Internet, que no sean de mucha categoría, nunca sabes lo que te puedes encontrar. Pero para suerte nuestra, el Hotel era céntrico, pequeño, y os lo recomiendo para viajes cortos.
Bueno pues una vez instalados nos fuimos a visitar el centro de Santander. La verdad es que como no es una ciudad excesivamente grande, lo puedes ver todo, más o menos en un día. En Santander se puede comer bien, y con precios económicos.
En el centro de Santander te puedes encontrar las mismas tiendas que en Valencia, incluso carritos que en vez de horchata venden helados. La tarde la pasamos paseando, y viendo tiendas, que aunque te vayas de viaje, para eso siempre hay tiempo. Para finalizar el día, una cena y al hotel a descansar.
2º día SAN VICENTE DE LA BARQUERA. El segundo día nos levantamos temprano, desayunamos en el Hotel, que tenía Buffet y la verdad, es que con gran variedad de cosas, y nos fuimos dirección a San Vicente. Cuando llegamos, que entras por el puente, ya te das cuenta, que este pueblo tiene mucho encanto. Yo creo, que en vez de coches, los ciudadanos de San Vicente, tienen barcas. Por que el río está lleno de barcas, por todos los sitios.
En cuanto cosas a visitar, el casco antiguo del pueblo, y su Castillo. La comida, puedes comer desde Menú del día, donde no faltará el Cocido Montañés, que hay que estar un día sin comer para poder digerir el plato, y por otra parte también puedes comer mariscadas, con variedad de precios. Después de comer dimos un paseo, para bajar la comida y nos fuimos al hotel.
3er día CUEVAS DE ALTAMIRA Y SANTILLANA DEL MAR. El tercer día, nos levantamos también pronto, por que teníamos visita guiada en las cuevas de Altamira. La verdad es que si vas a Cantabria, no tienes que dejar pasar la ocasión para ir a visitarlas. Después de la vista, nos bajamos a pie, hacía Santillana, dando un paseo, dónde nunca vas sola, por que siempre tienes vacas a tu alrededor. Comimos en Santillana, dónde en todos los bares, está el Menú del día al mismo precio. Y por la tarde ya nos dedicamos a pasear por el pueblo. Me encantó este pueblo, alguien me dijo, que está considerado el pueblo más bonito de España, y de verdad, que yo doy fe de ello. Es un pueblo, muy bien conservado, con calles de piedra, donde se respira mucha tranquilidad. Lo que más me impresionó fue, que mientras duró nuestra visita, no pararon de llegar autobuses de excursiones. Os recomiendo la visita a Santillana del Mar, seguro que os gustará.
4º día EL SARDINERO Y LA PENÍNSULA DE LA MAGDALENA. Como el último día nos íbamos por la tarde, por la mañana aún tuvimos tiempo de visitar, algunas cosas más en Santander. Fuimos paseando por las playas del Sardinero, lo que más me impresionó es la distancia que hay desde la arena hasta el mar. Son playas muy grandes, y en esta zona se ven casas impresionantes, debido a que aquí es donde vide la alta sociedad de Santander. Por último visitamos la Península de la Magdalena, que actualmente el edificio hace las funciones de Universidad, y sólo se puede entrar en determinadas fechas.
Pero bueno, viéndolo desde fuera ya te haces una idea de lo impresionante que es. Puedes tomar varios caminos para subir y bajar, yo os recomiendo el trayecto que tiene focas, ocas….son muy graciosos.
Os recomiendo una escapadita hacía la zona de Cantabria, por supuesto que hay muchos más pueblos con interés para visitar, pero si vas para pocos días tienes hacer una selección y esta fue la nuestra. Por cierto el hotel donde estuvimos se llama Celuismas, es céntrico, la gente es agradable, las habitaciones limpias, y encima lo mejor de todo: es económico.
